La puerta de acceso de los automóviles se encontraba bloqueada y se produjeron retenciones que alcanzaron la M-407 y la M-506, por lo que fue necesario que la policía local de Fuenlabrada interviniera en la regulación del tráfico.
En el acceso del metro, los registros de mochilas y bolsos también generaron el colapso y fue necesaria la aparición de varios docentes del centro que intentaron convencer a los vigilantes para que sus alumnos accediesen a la Universidad. Mientras, desde el edificio de Gestión, se realizaba una llamada a la Regencia de la Universidad para advertir del error cometido al solicitar los carnets, dado que un gran número de alumnos no poseía tal acreditación.
Cuando la situación se normalizó, un grupo de estudiantes de tercero de Grado en Periodismo se dirigió al edificio de gestión donde se formalizó una queja contra los responsables del suceso al entender que se estaban vulnerando sus derechos fundamentales.
No es un suceso aislado
Uno de los miembros del cuerpo de seguridad comentó que estos controles podrían realizarse de forma aleatoria en otras ocasiones durante el curso y advirtió, ante las quejas de los alumnos, sobre la legalidad de los registros, asunto que, según explica la Confederación de Consumidores de la Comunidad de Madrid, depende de si se considera o no que el registrado ha cometido o cometerá algún delito.
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